Que el máximo galardón de las letras Hispánicas se le haya concedido a Eduardo Mendoza, novelista catalán de 73 años y con más de quince títulos a sus espaldas, no es noticia que sorprenda a quien haya leído al menos La verdad sobre el caso Sabolta, del que ya obtuvo el premio de Crítica, o La cuidad de los prodigios, con el que ha recibido varios premios o el premio Planeta por el último Riña de gatos.
Siendo yo estudiante tuve mi primer acercamiento a las obras de este gran escritor gracias a novelas como Sin noticias de Gurb, publicada por entregas como las antiguas obras ilustradas o incluso su perfecta descripción de la Guerra Civil española en La verdad sobre el caso Sabolta, que casualmente coincidió en el año de la muerte de Franco. Sin embargo, este hecho no le arrebató su merecido Premio de la Crítica en 1975.
No abandona la ciudad de Barcelona cuando en 1983 escribe La ciudad de los prodigios, obra que se llevó a la gran pantalla varios años después.
Ya en mi primer año de docencia la casualidad y la búsqueda de lecturas adecuadas para mis alumnos me llevó a descubrir la primera de la serie de novelas negras protagonizadas por un detective encerrado en un manicomio, El misterio de la cripta embrujada de 1979.
Actualmente, en el 2010 se le concedió el premio Planeta por Riña de gatos, donde mezcla excelentemente literatura, historia y pintura.
Definitivamente, una novela que consagró mi gusto por Mendoza fue el hilarante El asombroso viaje de Pomponio Flato, parodia del género epistolar donde narra humorísticamente acontecimientos de la vida de Jesús.
Desde luego que ha sido este un merecido premio que le ha llegado como él mismo ha afirmado en una entrevista para la cadena Ser «en el tercer tiempo» de su vida.
ALMINAR POR LA IGUALDAD #yonosoycómplice 